¿Alguna vez se han preguntado por qué Platón describió su famoso mito de la caverna? Yo creo que estaba tratando de explicar lo que es salir de casa sin el móvil. ¡Es un shock cultural!
Imagínense a estos tipos, ¿vale? Están atados en una caverna desde que nacieron, mirando una pared. Lo único que ven son las sombras proyectadas en la pared por cosas que pasan detrás de ellos, como el nuevo episodio de su serie favorita, pero sin pantalla, ¡solo sombras! Y claro, ellos creen que eso es todo lo que existe. O sea, su Netflix es una pared y su chill es un poco literal.
Entonces, uno de ellos se libera. ¿Y qué hace? Pues lo que haríamos todos: primero, se tropieza porque, obviamente, no tiene GPS. Luego, sale de la caverna y ve el mundo real por primera vez. Imagínense su cara, como cuando te muestran la cuenta en el restaurante después de una cena que tú creías que invitaba otro. ¡Puro horror!
Pero lo mejor viene después. Cuando este tipo se acostumbra a la luz, que le lleva lo mismo que acostumbrarse a que tu pareja deje la tapa del baño abajo, decide volver a la caverna para contarles a los demás. ¿Y creen que le hacen una fiesta de bienvenida? No, hombre, no. Le toman por loco. Es como cuando intentas explicarle a tu abuela cómo usar WhatsApp. «Abuela, el doble check azul significa que sí lo leyeron… No, no es que tenga frío el mensaje.»
El tipo les está diciendo: «¡Amigos, hay un mundo ahí fuera con tres dimensiones y todo! Y no, no necesitas gafas especiales para verlo.» Pero los demás están como, «¿Tres dimensiones? Déjanos tranquilos con nuestras sombras 2D, que ya nos hemos acomodado en nuestra ignorancia.»
Este mito es básicamente Platón diciéndonos que a veces, salir de nuestra zona de confort es como actualizar el software: te resistes porque sabes que va a ser un rollo, pero luego todo funciona mejor. O eso esperas, porque a veces es peor, ¿verdad? ¿Quién no ha pensado alguna vez en regresar a la caverna con una manta y una buena sombra?
Así que la próxima vez que alguien venga con una verdad reveladora, antes de llamarlo loco, piensa: tal vez solo está tratando de quitarte las cadenas. Y no, no estoy hablando de esas cadenas de mensajes de WhatsApp de tu tío el conspiranoico. ¡Esas sí que son una caverna moderna!
Y así, amigos, Platón nos enseña que la ignorancia es voluntaria y que, a veces, ver la luz significa aguantar que te llamen loco. Pero al menos, ya sabes, ¡no estás solo mirando sombras en la pared!